sábado, 1 de diciembre de 2007

Seamos Justos...Ellos también son Personas


No son menos, no, los que ayudados
por un bastón caminan, o se mueven
en un sillón de ruedas; o les lleva
un lazarillo porque, ciegos, no pueden...


Ni son los que gaguean menos,
o el silencio les negó el habla,
o que la noche les sonrió eterna
y algún transplante, sirvió de nada...


Pues siempre camine doblado
con mi peso en los hombros
con todo el mundo y su materia
en naufragada barca, llegará a bordo.


La inseguridad, los complejos
y la culpa fueron para mí,
muchos impedimentos... alguien
abría la puerta allá... aquí...


Y vi también sanar mi herida
cuando al pasar comiendo cáscaras,
vi otros tras de mi aun en las sobras,
de lo que se caía, comer, sin máscara.


Ya que me he levantado, miro...
cojos de corazón, mancos de fe
con un espíritu sin alma ni siquiera,
marchito, ¡seco!, sin manos y sin pies...


No son menos, no, los que ayudados
por un bastón caminan... a veces. Los que
físicamente sanos, estamos impedidos


Con este poema se dio inicio a la Semana Nacional de los Derechos Humanos.

El rol del Educador en la Integracion de los educandos...

La Ley Federal de Educación contempla la integración de niños discapacitados en las aulas, pero no brinda la especialización de los docentes comunes en su formación académica, tan necesaria para realizar una integración escolar eficaz. En la práctica diaria, esta carencia debe resolverse mediante la acción conjunta del maestro especial y el maestro común, delimitando los roles que cada agente integrador debe ocupar.



La educación de los alumnos discapacitados en escuelas comunes sólo puede tener éxito si se cuenta con la ayuda de profesionales especializados que interpreten y comprendan las necesidades educativas únicas relacionadas con el impedimento existente y con maestros comunes capacitados para realizar su tarea. Para lograrlo, es necesario implementar tanto programas que favorezcan la integración escolar de los alumnos discapacitados, como también programas que contemplen durante la formación académica y práctica del docente común una orientación pedagógica que le permita trabajar con alumnos integrados.



Al no existir esta formación académica en el docente común es que insistimos con éstos y con los
directivos de cada institución en la importancia
de que el maestro especial y el maestro común puedan actuar juntos, ya que no hay una diferencia sustancial entre lo que llamamos didáctica común y especial, las estrategias de trabajo se van planificando, construyendo, y perfeccionando; se solicita un espacio y un tiempo determinado para poder llevar adelante lo anteriormente expuesto. En ese tiempo y espacio se delimitan los roles que cada agente debe ocupar.



Roles de los miembros del equipo integrador

Personal de conducción (directivos):
  • Informa sobre las prestaciones que brinda el servicio de integración.
  • Recibe información en forma periódica de la docente común y docente integradora acerca de la evolución del niño.

Docente integradora:

  • Es quien está preparada para acompañar al niño en su incorporación y tránsito por la escolaridad; tiene pleno conocimiento sobre la metodología, técnicas y procedimientos de la educación especial, pero a su vez posee conocimientos de la educación común. Además trabaja con el equipo de la escuela común, con los grupos familiares y con el contexto social junto al gabinete psicopedagógico. Por otra parte, adapta el material escolar a las necesidades del alumno discapacitado.

Docente de sala:

  • Favorece el vínculo docente-alumno.
  • Favorece la participación e intercambio entre el niño y su grupo de pares.
  • Realiza la planificación, instrucción y evaluación de los contenidos impartidos.
    Transmite en forma periódica las observaciones que realiza del niño.

Gabinete psicopedagógico:

  • Evalúa las posibilidades de inclusión en integración; también las de permanencia y egreso.
  • Colabora con la docente integradora en la orientación.
  • Asesora, orienta y acompaña al docente integrador y a la familia en su accionar y en el contexto social.

El niño:

  • El alumno discapacitado tiene los mismos derechos y obligaciones que el resto de sus compañeros, comprometiéndose a cumplir con el material solicitado por el docente.



El rol de la escuela es preparar a los educandos para la vida. Esta preparación no comprende sólo las asignaturas académicas e intelectuales, sino que abarca, en el caso específico de los alumnos con discapacidad cognitiva, sensorial, motora o de la comunicación, los cuales contribuyen a su formación integral entendiendo que debe vivir en un mundo de personas que ven, compartir con ellas las responsabilidades y construir su propio destino.


Sabemos que el rol del docente común es el de orientar y organizar el proceso de enseñanza aprendizaje pudiendo actuar en cualquiera de los niveles del sistema educativo. Si los docentes tuvieran una formación especializada estarían capacitados pedagógicamente y esto les posibilitaría adquirir competencias tradicionales, no solamente permitiéndoles trabajar en distintos contextos sino también desempeñando un papel clave en los programas relativos a las necesidades educativas especiales del alumno discapacitado.


Como agentes de integración es necesario que abordemos esta realidad; por un lado, conociendo y apoyando al niño y a su familia en el proceso de integración; por el otro, con la institución escolar. El docente, con el apoyo y la ayuda del técnico, debe trasladar su atención y esfuerzo hacia aquellos factores que se encuentran bajo su control (organizar objetivos que quiera alcanzar, conocer metodologías adecuadas, recursos apropiados).


Integrar a niños con discapacidad en la escuela común es realizar un abordaje específico partiendo del conocimiento y la posibilidad real de que el niño está en condiciones de compartir y competir de alguna manera con los otros. La integración pedagógica se realizará entonces de acuerdo al currículo normal.


El fin principal de la integración escolar es integrar social y educativamente en forma activa al discapacitado en la sociedad en la cual está inmerso, proporcionándole las herramientas necesarias para tal fin.


Para brindar estas herramientas se necesita que la docente común traiga consigo desde su formación académica los conceptos básicos para trabajar con alumnos discapacitados en las aulas. Esta formación beneficiará el cumplimiento del objetivo general de la integración escolar, que es el de mejorar la calidad educativa de los alumnos integrados a través de los recursos didácticos que le permitan lograr las competencias indispensables del quehacer educativo.

Ellos son nuestro futuro...Ayúdalos a crecer...

domingo, 18 de noviembre de 2007

¡¡¡ Somos la voz de los niños discapacitados !!!

Derechos de los Niños Discapacitados


"Los Estados deben reconocer el principio de la igualdad de oportunidades de educación en los niveles primario, secundario y superior para los niños, los jóvenes y los adultos con discapacidad en entornos integrados, y deben velar por que la educación de las personas con discapacidad constituya una parte integrante del sistema de enseñanza."


Conscientes del espantoso abuso y discriminación que sufren tanto las niñas como los niños discapacitados, y sabiendo también que por lo general son invisibles y se les ignora en la promoción de los derechos de la infancia, diversas organizaciones internacionales dedicadas a la discapacidad y organizaciones de fomento de los derechos del niño, han formado un grupo de trabajo integrado por sus propios representantes y presidido por Bengt Lindqvist, Relator Especial de la ONU sobre la Discapacidad, con el fin de adoptar las medidas siguientes:

  • Promover la voz de los niños discapacitados.
  • Reunir pruebas de la violación de los derechos de los niños discapacitados en un país de cada región del mundo.
  • Colaborar con el Comité de los Derechos del Niño en la monitorización de los informes nacionales sobre los niños discapacitados.
  • Asegurar la representación de los niños discapacitados en la Cumbre de la Infancia del 2001.
  • Trabajar con todas las agencias de promoción de los derechos de la infancia para que incluyan los derechos de los niños discapacitados.

¡¡¡ La salud física no es un derecho, sino un don ...!!!

Algunos matan a los niños porque tienen incapacidades, otros eligen inflingirles sufrimientos que solo Dios tiene la potestad de permitir.
¡Cuánto odio existe en el mundo especialmente con los más indefensos!



EL PAPEL DE LA FAMILIA

«La familia -dijo el Papa Juan Pablo II en su discurso, tan enriquecedor para nuestro Congreso- es el lugar por excelencia donde se recibe el don de la vida como tal y se reconoce la dignidad del niño con expresiones de particular cariño y ternura.



  • La familia como fuente de amor y solidaridad

    Gracias a la unión estable y fiel de los esposos, a su entrega recíproca, plena e irreversible, la familia constituye el mejor ambiente para el desarrollo personal del hijo, especialmente cuando es más frágil, más limitado en sus capacidades y, por tanto, más necesitado de cuidado, de atención, de ternura y de comunicación, no sólo verbal, con su ambiente inmediato.

    Es importante subrayar que el niño discapacitado no debe constituir un «peso» para sus padres o para sus hermanos y hermanas. Cuando este niño es acogido como hijo o hermano, dentro de su familia, el mismo amor hace que las dificultades resulten ligeras, soportables e incluso fuente de esperanza y de alegría espiritual.

    La familia como educadora del discapacitado


    La responsabilidad de la educación de todos los hijos, incluidos los discapacitados, corresponde a la familia.

    La constitución de la familia no es sólo un hecho biológico o sociológico. La Revelación nos muestra que en la familia se inscribe la genealogía de la persona en cuanto imagen, reflejo de Dios. Por esto, si la familia nace del amor de Dios, también debe permanecer en este amor, y esta es la característica fundamental, la base en la que se apoya todo el entramado familiar.

    Por esta razón, se puede decir que el compromiso principal de los cónyuges en esta labor de educación del hijo discapacitado consiste en mantener vivo el amor en su vida conyugal y en inculcarlo a todos sus hijos. El niño, en su familia, debe sentirse amado, buscado, valorado por sí mismo, en su realidad irrepetible.

    La familia da sentido de seguridad al hijo, le enseña las nociones del bien y del mal, le presenta el valor de su existencia en el mundo, le comunica la alegría que deriva del amor dado y recibido. Corresponde también a la familia enseñar al hijo el significado del dolor, del sufrimiento, de las limitaciones físicas y de la pobreza.

    Actitudes negativas y positivas

    «Compete, ante todo, a la familia, superado el primer momento de desconcierto ante la llegada de un hijo discapacitado, comprender que el valor de la existencia trasciende el de la eficiencia». Por consiguiente, la familia no debe caer en la trampa de buscar a toda costa tratamientos o cuidados extraordinarios, pues corre el peligro de quedar defraudada, desilusionada, cerrada en sí misma, si no se logran los resultados de curación o recuperación esperados.

    Hay varias actitudes que los padres deben evitar para un mejor desarrollo de su hijo discapacitado. Hemos dialogado sobre algunas.
  • La primera actitud negativa es el rechazo, la negación de la realidad. Este rechazo nunca es totalmente abierto, pero se vislumbra a través de las explicaciones que los padres tratan de dar a su mala suerte. En efecto, de forma inconsciente, se sienten culpables del resultado y tratan de echar la culpa a otros.
  • Otro comportamiento negativo es el temor: se refiere a un peligro imaginario y pone de manifiesto la incapacidad de una persona de afrontar la realidad. Este temor va acompañado de una incapacidad para tomar decisiones, para adaptarse a la nueva situación, para buscar los medios necesarios a fin de resolver las dificultades.
  • Menos conocida, pero no menos negativa, es la actitud de superprotección del hijo discapacitado. A primera vista, esta actitud muestra una loable solicitud y dedicación a ese hijo. Pero los padres, al hacerlo todo en vez del hijo, le impiden cualquier grado de autonomía.
  • Por último, la actitud de resignación es también negativa, porque impide a los padres asumir una actitud positiva, activa, hacia el hijo discapacitado, y por consiguiente entorpece el desarrollo del niño hacia la autonomía.

    Cuando los padres aceptan la realidad de la discapacidad de su hijo empiezan a tener la posibilidad de ser felices en su prueba. Cuando los padres se muestran alegres a pesar de las dificultades de su situación, pueden hacer feliz a su hijo, cualquiera que sea su discapacidad.

domingo, 11 de noviembre de 2007

En mi vientre, mi Amor por ti se gestó...


¡¡¡ Aceptame tal cual Soy ...!!!